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“Jabón, sudor y desmadres: El drama de un día de limpieza”

  • Foto del escritor: Melani
    Melani
  • 15 oct
  • 2 Min. de lectura
El día de limpieza se convierte en una telenovela completa—con traición, suspenso y una escoba digna de un premio.
Por BIS Nin Texas — Limpiamos como leyendas. Tú vives como una.

El día de limpieza no es solo una tarea—es una experiencia cinematográfica. Hay suspenso, traición, giros inesperados y una banda sonora que consiste en ti murmurando “¿Por qué tengo esto?” mientras limpias. Bienvenido al drama que se desata cada vez que tomas una escoba.


Acto I: La Falsa Confianza


Te despiertas con determinación. Te pones tu “outfit de limpieza” (o sea, tu sudadera más vieja y calcetines que patinan en el piso). Haces una lista de tareas. Enciendes una vela. Te sientes imparable.

“Hoy me convierto en la persona que mi tablero de Pinterest cree que soy.”

Acto II: El Desorden Contraataca


Empiezas por la cocina. La esponja se desintegra. La bolsa de basura se rebela. Encuentras una mancha pegajosa que desafía la ciencia. Abres el refrigerador y descubres un recipiente etiquetado como “sopa” que ahora es una forma de vida inteligente.

“No limpié. Luché contra las fuerzas del caos.”

 Acto III: La Traición del Lavado


Metes una carga de ropa. Te sientes productivo. Luego te das cuenta de que mezclaste blancos y colores. Encuentras un calcetín que ahora es rosa. Doblas ropa mientras cuestionas todas tus decisiones de moda.

“La lavandería es solo un recordatorio pasivo-agresivo de cuánta ropa nunca uso.”

Acto IV: El Colapso del Baño


Entras con guantes y armadura emocional. El espejo expone tu alma. El inodoro se burla de ti. La lechada de la regadera susurra secretos. Friegas como si tus antepasados te estuvieran observando.

“Limpiar el baño: donde la dignidad muere y el moho prospera.”

Acto V: El Gran Final en la Sala


Aspiras. Sacudes. Encuentras un control remoto de 2009. Reacomodas los muebles como si estuvieras en HGTV. Enciendes otra vela. Te desplomas dramáticamente en el sofá.

“Limpié. Lloré. Conquisté.”

  REFLEXIÓN FINAL:


Limpiar no es solo ordenar—es una travesía emocional con altibajos y triunfos con aroma a limón. Y cuando el polvo se asienta, no solo estás más limpio—eres una leyenda doméstica.

Y si el desorden se atreve a regresar, BIS Nin Texas está listo para entrar con guantes, coraje y brillo digno de una ovación de pie.


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