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“La Gran Limpieza de la Cocina: Una Comedia de Migas”

  • Foto del escritor: Melani
    Melani
  • 2hs
  • 2 Min. de lectura
De torres de platos a misterios pegajosos, esta historia convierte limpiar la cocina en comedia épica.
Era sábado por la mañana, y la cocina parecía haber sobrevivido a un tornado de comida. Platos apilados como rascacielos, migas formando su propio ecosistema y una misteriosa mancha pegajosa en la encimera que nadie se atrevía a tocar.

Escena 1: La torre de platos


Jamie miraba la montaña de platos. Se inclinaba peligrosamente, como si estuviera planeando una avalancha. Armado con guantes y determinación, Jamie comenzó a fregar. Cada plato revelaba una nueva sorpresa: fósiles de espagueti, restos de panqueques y un tenedor que parecía haber peleado en una guerra.

“Esto no es lavar platos. Esto es arqueología.”

Escena 2: El misterio de la encimera


Después tocó la encimera. ¿La mancha pegajosa? Resultó ser jugo de naranja mezclado con jarabe, endurecido como pegamento. Jamie frotó furiosamente, murmurando hechizos como un mago. Finalmente, la encimera brilló—la victoria sabía dulce (literalmente).

“Si no puedo limpiarlo, lo llamaré arte moderno.”

Escena 3: El susto del refrigerador


Abrir el refrigerador fue como abrir la caja de Pandora. Las sobras miraban con juicio. Un pepino olvidado se había transformado en algo irreconocible. Jamie tiró a los villanos, limpió los estantes y añadió un tazón con rodajas de limón para frescura.

“Mi refri es menos electrodoméstico, más casa embrujada.”

Escena 4: El gran final del piso


El piso era un campo de batalla de migas, derrames y pelos de mascota. Con la escoba en mano, Jamie barrió como un campeón. Cada montón de migas era una mini victoria. Finalmente, el trapeador entró para el gran final, dejando el piso brillante como un escenario de baile.

“Mi trapeador no limpia, interpreta ballet.”

El final feliz


Por la tarde, la cocina estaba transformada. Las encimeras brillaban, los platos estaban ordenados y el refri olía a cítricos en lugar de arrepentimiento. Jamie se desplomó en una silla, exhausto pero triunfante.

“Limpiar una cocina sucia no es solo una tarea—es comedia, ejercicio y desfile de victoria.”



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