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“La Limpieza de la Cocina: Comedia de Migas y Valentía”

  • Foto del escritor: Melani
    Melani
  • hace 1 día
  • 2 Min. de lectura
De catástrofes en la encimera a arqueología del refrigerador, esta historia convierte limpiar la cocina en comedia épica.
Por BIS Nin Texas — Limpiamos como leyendas. Tú vives como una.

La cocina se supone que es el corazón del hogar. Pero cuando está desordenada, se siente más como un campo de batalla de migas, grasa y olores misteriosos. Aquí está la historia de un valiente que se atrevió a recuperar el caos culinario.


Escena 1: La catástrofe de la encimera


Las encimeras estaban cubiertas de migas, manchas de café y un punto pegajoso que nadie se atrevía a tocar. Armado con una esponja, el limpiador frotó como un héroe, revelando una superficie que finalmente parecía comestible otra vez.

“Mi encimera no es espacio de trabajo, es una escena del crimen de botanas.”

Escena 2: El duelo del fregadero


El fregadero rebosaba de platos, cada uno contando la historia de comidas pasadas. Lavarlos fue como borrar la historia. Al final, el fregadero brillaba, listo para su próxima aventura.

“Mi fregadero no es plomería, es un museo de sobras.”

Escena 3: El susto del refrigerador


Dentro del refrigerador acechaban yogures vencidos, un frasco sospechoso y verduras que ya habían renunciado a la vida. Limpiarlo fue menos ordenar y más hacer arqueología.

“Mi refrigerador no es almacenamiento, es un experimento científico.”

Escena 4: La lucha con la estufa


Las manchas de grasa se aferraban a la estufa como villanos tercos. Con rociador y determinación, el limpiador luchó hasta que la superficie relució.

“Mi estufa no es electrodoméstico, es un campo de batalla de salsas.”

Escena 5: El final del piso


El piso estaba salpicado de migas, derrames y un fideo rebelde. Barrer y trapear lo transformó de “zona de peligro” a “pista de baile.”

“Mi trapeador no limpia, interpreta ballet.”

El final feliz


Al terminar, la cocina estaba transformada. Encimeras despejadas, fregadero brillante, refrigerador fresco, estufa impecable y piso reluciente. El limpiador se recargó en la encimera, exhausto pero triunfante.

“Limpiar la cocina no es solo una tarea—es comedia, arqueología y desfile de victoria.”



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