“La Limpieza de la Puerta: Comedia de Perillas y Caos de Knock-Knock”
- Melani
- hace 16 horas
- 2 Min. de lectura

Una puerta se supone que es la entrada a tu hogar. Pero cuando está sucia, se siente más como un cartel lleno de huellas, polvo y manchas misteriosas. Aquí está la historia de un valiente que se atrevió a pulir el portal.
Escena 1: El caos de la perilla
La perilla estaba cubierta de huellas, puntos pegajosos y una mancha sospechosa. Limpiarla fue como resolver un caso detectivesco.
“Mi perilla no es herraje, es un museo de huellas.”
Escena 2: El drama del polvo
El polvo se acumulaba en los bordes del marco como si construyera una fortaleza. Con un trapo en mano, el limpiador asaltó el castillo.
“Mi polvo no es suciedad, es arquitectura medieval.”
Escena 3: Las crónicas de las patadas
Marcas de zapatos decoraban la parte inferior de la puerta, prueba de salidas apresuradas y entradas dramáticas. Quitarlas fue como borrar escenas de acción.
“Mi puerta no es madera, es un doble de riesgo.”
Escena 4: El brillo del vidrio (si lo hay)
En las puertas con paneles de vidrio, las manchas y rayas las convertían en arte abstracto. Al limpiarlas apareció una vista cristalina.
“Mi vidrio no es transparente, es el lienzo de Picasso.”
Escena 5: El gran final
Al fin, la puerta brillaba. Perilla reluciente, polvo derrotado, marcas borradas y vidrio impecable. El limpiador la abrió con orgullo, atravesándola como realeza.
“Mi puerta no es entrada, es una bienvenida de alfombra roja.”
El final feliz
Al terminar, la puerta se transformó de caos a encanto. El limpiador se mantuvo erguido, orgulloso de la victoria, y disfrutó el lujo de atravesar un portal impecable.
“Limpiar la puerta no es solo una tarea—es comedia, misterio y gran entrada.”
