“La Limpieza del Divisor: Comedia de Polvo y Decoración”
- Melani

- hace 2 horas
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Los divisores de ambientes se supone que separan espacios con elegancia. Pero cuando están sucios, dejan de ser chic y empiezan a parecer escenas del crimen llenas de polvo, huellas y recuerdos olvidados. Aquí está la historia de un valiente que enfrentó el caos del divisor.
Escena 1: El descubrimiento del polvo
El divisor parecía inocente… hasta que la luz del sol lo golpeó. De repente, cada mota de polvo brillaba como purpurina en una discoteca. Armado con un plumero, el limpiador pasó dramáticamente, levantando nubes en el aire.
“Mi divisor no es mueble, es una fábrica de polvo.”
Escena 2: La negociación de los adornos
Cada repisa del divisor guardaba tesoros aleatorios: una taza de recuerdo, un portarretratos y una figurita misteriosa que nadie recordaba haber comprado. El limpiador dudó: ¿guardar o tirar? Al final ganó la organización, y el divisor pasó de parecer un mercado de pulgas a una revista de diseño.
“Mi divisor no es almacenamiento, es un test de personalidad.”
Escena 3: El final de las huellas
Manchas y huellas cubrían los paneles de vidrio. Con spray y paño, el limpiador pulió hasta que el divisor reflejaba la luz como una pasarela.
“Mi divisor no es partición, es un espejo del caos.”
Escena 4: El suelo olvidado
Debajo del divisor se escondían migas, cabellos y un Lego rebelde. Barrer y trapear transformó el área de “zona de peligro” a “paso seguro.”
“Mi trapeador no limpia, coreografía un baile.”
El final feliz
Al terminar, el divisor se erguía alto, libre de polvo y elegante. Ya no gritaba “compañero desordenado”, sino que susurraba “diseñador de interiores.” El limpiador se recostó, orgulloso de la transformación.
“Limpiar el divisor no es solo una tarea—es comedia, decoración y desfile de victoria.”




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