“Limpiar el garaje: Donde la esperanza se entierra bajo latas de pintura viejas”
- Melani

- 22 oct
- 2 Min. de lectura

Limpiar el garaje no es solo una tarea—es una excavación arqueológica. Entras con buenas intenciones y sales con una caja misteriosa etiquetada como “varios”, una lámpara rota que juraste haber tirado y una renovada confusión sobre tus decisiones de vida. Bienvenido al territorio salvaje del caos doméstico.
Paso 1: La puerta del destino
Abres el garaje. La luz parpadea. El polvo gira. Se escucha un crujido que suena como advertencia. Respiras profundo y entras en lo desconocido.
“Vine a limpiar. El garaje vino a probar mi espíritu.”
Paso 2: La caja del arrepentimiento
Encuentras una caja etiquetada como “Cosas importantes”. Dentro: cables enredados, cupones vencidos, un solo patín y un VHS que dice “Verano ‘98”. Miras al abismo.
“Esta caja contiene recuerdos, misterio y daño emocional leve.”
Paso 3: La confusión de herramientas
Descubres 47 destornilladores, ninguno sirve para lo que tienes. Hay un taladro sin batería, un martillo con mango flojo y una llave inglesa que parece del siglo XIX.
“No reparo cosas. Colecciono herramientas como Pokémon.”
Paso 4: La limpieza comienza
Barres. Organizas. Encuentras una araña del tamaño de una pelota de ping pong y negocias la paz. Apilas cajas. Etiquetas estantes. Te sientes como un mago del garaje.
“Lancé ‘Declutterus Maximus’. Fue súper efectivo.”
Paso 5: La revelación final
Terminas. Puedes ver el piso. Puedes estacionar el coche. Enciendes una vela (afuera, con seguridad). Susurras “Nunca más.” Sabes que volverás en seis meses.
“El garaje está limpio. Mi alma se está sanando.”
REFLEXIÓN FINAL:
Limpiar el garaje es un viaje entre polvo, nostalgia y decisiones cuestionables. Pero cada barrida y cada caja organizada te acercan a la paz—y tal vez a un lugar para estacionar.
Y cuando el caos regrese, BIS Nin Texas está listo para entrar con guantes, coraje y brillo legendario.




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