“Limpiar la cocina: Donde la grasa, las migas y el caos chocan”
- Melani

- hace 5 días
- 2 Min. de lectura

La cocina: el corazón del hogar, la cuna de los snacks de medianoche y la escena del crimen de las salpicaduras de salsa de espagueti. Limpiarla no es solo una tarea—es una aventura completa llena de manchas misteriosas, encimeras pegajosas y la eterna batalla contra el monstruo del refrigerador.
Escena 1: La escena del crimen en la encimera
Limpias la encimera. Parece limpia. Luego la luz la golpea en el ángulo perfecto—manchas por todas partes. Limpias otra vez. Aparecen más. Empiezas a sospechar que tu encimera conspira contra ti.
“Mi encimera no está sucia. Está embrujada.”
Escena 2: El drama de ollas y sartenes
Dejas la sartén “en remojo para después”. Ese “después” se convierte en mañana. Mañana en la próxima semana. Finalmente, la sartén desarrolla su propio ecosistema. La frotas, cuestionando todas tus decisiones de vida.
“Remojar es solo procrastinar con agua.”
Escena 3: La expedición del refrigerador
Abres el refri. Encuentras sobras de una fiesta que ni recuerdas. Un tupper te mira fijamente. Debates si abrirlo o llamar a un equipo de materiales peligrosos.
“Mi refri es menos electrodoméstico, más cápsula del tiempo.”
Escena 4: El festival de comida en el piso
Barres. Encuentras migas, pieles de cebolla y ese fideo que escapó el martes pasado. Te preguntas cómo tu piso se convirtió en buffet para hormigas.
“Mi escoba es básicamente arqueóloga de comida.”
Escena 5: La telenovela del fregadero
Lavas platos. La esponja huele sospechosa. La cambias. La nueva esponja inmediatamente parece cansada. Te das cuenta de que las esponjas viven menos que los peces dorados.
“Mi esponja ha visto cosas que nunca olvidará.”
REFLEXIÓN FINAL:
Limpiar la cocina es parte trabajo de detective, parte juego de supervivencia y parte show de comedia. Pero cuando terminas, te sientes campeón—hasta que alguien hace una tostada y deja migas otra vez.




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