“Limpiar los muebles: Polvo, drama y confesiones de cojines”
- Melani

- hace 4 días
- 2 Min. de lectura

Los muebles: sostienen tus snacks, tus siestas y tus decisiones cuestionables. Pero limpiarlos… ahí empieza la verdadera aventura. Desde ejércitos de polvo hasta misterios bajo los cojines, cada pieza tiene una historia—y casi siempre pegajosa.
Escena 1: La dinastía del polvo
Limpias la mesa de centro. El polvo regresa en cinco minutos, como si pagara renta. Empiezas a sospechar que tiene un programa de fidelidad.
“Mis muebles no están sucios. Solo organizan convenciones de polvo.”
Escena 2: La confesión del cojín
Levantas los cojines del sofá. Encuentras monedas, migas y el control remoto que dabas por perdido. Consideras cobrar entrada a esta excavación arqueológica.
“Mi sofá es menos mueble, más cápsula del tiempo.”
Escena 3: El drama de las sillas
Limpias las sillas del comedor. Una chirría como si actuara en una película de terror. Otra se tambalea como si hubiera estado de fiesta. Las limpias susurrando: “Aguanta, amigo.”
“Mis sillas son básicamente personajes de telenovela.”
Escena 4: La saga de la mesa pegajosa
Frotas la mesa. Está pegajosa. No sabes por qué. No quieres saber por qué. Solo sigues limpiando hasta que deja de sentirse como trampa para moscas.
“Si no puedo identificarlo, lo llamo ‘residuo de convivencia familiar’.”
Escena 5: La trampa decorativa de polvo
Quitas el polvo de los estantes. Los adornos te miran con reproche. Te das cuenta de que los compraste solo para acumular polvo con estilo. Los limpias igual, fingiendo que curas un museo.
“Mi estante es menos decoración, más exposición de polvo.”
REFLEXIÓN FINAL:
Limpiar los muebles es parte trabajo de detective, parte show de comedia y parte sesión de apoyo emocional para sillas chirriantes. Pero cuando terminas, tu casa se siente más ligera, más brillante y lista para la próxima ronda de derrames de snacks.




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