“Limpiar techos y paredes: El entrenamiento definitivo de estiramiento y estornudos”

Por BIS Nin Texas — Limpiamos como leyendas. Tú vives como una.

Limpiar el techo y las paredes es como intentar abrazar una jirafa mientras te equilibras en una escalera. Es incómodo, polvoriento y de alguna manera se convierte en un entrenamiento de cuerpo completo que nunca pediste. Bienvenido a la frontera vertical de la limpieza doméstica.

Paso 1: La escalera de las mentiras

Subes con confianza. Te tambaleas. Cuestionas tus decisiones de vida. Te das cuenta de que las telarañas te están juzgando desde arriba.

“No limpié. Ascendí al caos.”

Paso 2: El ballet de la esponja

Te estiras. Alcanzas. Pasas la esponja. La dejas caer. Repites. Te arden los brazos. Tu alma susurra: “¿Por qué esta pared es tan alta?”

“Esto no es limpieza. Es danza interpretativa con artículos de limpieza.”

 Paso 3: La rebelión del polvo

Pasas el trapo. El polvo vuela a tu cara como si estuviera haciendo una salida dramática. Estornudas. Lloras. Sigues adelante.

“No esperaba trauma emocional por culpa del yeso.”

Paso 4: Las manchas misteriosas

Encuentras una mancha. No sabes qué es. No quieres saber. La limpias mientras susurras: “Vete, demonio.”

“Algunas manchas es mejor no explicarlas.”

Paso 5: El final zen

Te alejas. Las paredes están limpias. El techo brilla. Sientes que has vencido a la gravedad. Enciendes una vela. Estiras el cuello y juras no volver a mirar hacia arriba.

“Limpié por encima del nivel de los ojos. Soy imparable.”

  REFLEXIÓN FINAL:

Limpiar techos y paredes es un acto heroico de equilibrio, valentía y fuerza de brazos. No es glamoroso, pero sí legendario. Y cuando el polvo se atreva a regresar, BIS Nin Texas está listo para elevarse—literalmente—con guantes, coraje y brillo que alcanza nuevas alturas.