“Limpiar el piso: Donde las migas, el caos y el cardio chocan”
- Melani

- hace 3 días
- 2 Min. de lectura

Los pisos: cargan tus pasos, atrapan tus snacks y juzgan en silencio tus habilidades de limpieza. Pero limpiarlos… eso sí que es una aventura completa: parte entrenamiento, parte historia detectivesca y parte show de comedia.
Escena 1: El carnaval de migas
Barres. Las migas se dispersan como si audicionaran para el Cirque du Soleil. Las persigues con el recogedor. Se agrupan en la esquina. Empiezas a sospechar que las migas tienen sindicato.
“Mi escoba no limpia. Negocia con los snacks.”
Escena 2: La rutina de patinaje con calcetines
Rocías limpiador, te pones calcetines peludos y te deslizas por el piso como si estuvieras en un videoclip. Bonus: cardio. Doble bonus: tu perro piensa que perdiste la cabeza.
“¿Para qué trapear si puedo hacer moonwalk?”
Escena 3: La saga del derrame misterioso
Hay una zona pegajosa. No sabes qué es. ¿Jugo? ¿Café? ¿Baba alienígena? La frotas hasta que deja de sentirse como trampa para moscas y vuelve a ser piso.
“Si no puedo identificarlo, lo llamo ‘residuo de convivencia familiar’.”
Escena 4: El shuffle de los muebles
Mueves el sofá para limpiar debajo. Encuentras monedas, migas y ese Lego que casi arruinó tu carrera como caminante. Te preguntas si tus muebles esconden secretos a propósito.
“Mi piso es menos superficie, más sitio arqueológico.”
Escena 5: El colapso del trapeador
Trapeas. Parece limpio. Luego entra el sol. Rayas por todas partes. Trapeas otra vez. Más rayas. Inventas nuevas palabrotas. Aceptas que los pisos sin rayas son un mito.
“Mi trapeador es menos herramienta, más generador de caos.”
REFLEXIÓN FINAL:
Limpiar el piso es parte comedia, parte cardio y parte crisis existencial. Pero cuando terminas, tu piso brilla como un escenario—listo para la próxima ronda de migas, derrames y rutinas de patinaje con calcetines.




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