“Limpiar el escritorio: La búsqueda por espacio y cordura”
- Melani

- hace 3 horas
- 2 Min. de lectura

Limpiar tu escritorio no es solo ordenar—es un thriller psicológico. Empiezas con buenas intenciones y terminas cuestionando tus decisiones de vida, tus hábitos de snacks y por qué tienes seis bolígrafos que no funcionan. Bienvenido al campo de batalla de la productividad.
Escena 1: La avalancha de papeles
Levantas una hoja. Caen diez más. Encuentras recibos, notas adhesivas y un dibujo de un gato con la etiqueta “urgente”. No recuerdas haberlo dibujado. Lo guardas igual.
“Mi escritorio es 10% madera, 90% caos de papel.”
Escena 2: El cementerio de snacks
Encuentras una barra de granola. Venció el año pasado. Hay migas de algo que no recuerdas haber comido. Encuentras una cuchara. No hay tazón. No hay explicación.
“No como en mi escritorio. Hago excavaciones arqueológicas.”
Escena 3: La jungla de cables
Desenredas un cable. Aparecen cinco más. Encuentras un cargador de un dispositivo que ya no tienes. Consideras volverte inalámbrico para siempre.
“Mi escritorio funciona con confusión y tecnología obsoleta.”
Escena 4: El desfile de bolígrafos
Pruebas todos los bolígrafos. Solo uno escribe. Está mordido. Lo guardas como trofeo. Los demás van a un cajón etiquetado “quizás algún día”.
“Tengo bolígrafos. Lo que no tengo es esperanza.”
Escena 5: La pasada final
Limpias la superficie. Enciendes una vela. Te sientes como una nueva persona. Luego te sientas, abres un snack y dejas caer migas. El ciclo comienza de nuevo.
“Limpié mi escritorio. También reinicié el reloj del caos.”
REFLEXIÓN FINAL:
Limpiar tu escritorio es un viaje entre el desorden, la nostalgia y decisiones cuestionables de snacks. Pero cada pasada y cada organización te acercan a la claridad—y tal vez a un poco de productividad.
Y cuando el desorden regrese (porque lo hará), BIS Nin Texas está listo para entrar con guantes, coraje y un brillo legendario.




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