“Limpiar el sofá: Crónicas de cojines, migas y caos”
- Melani

- 12 nov
- 2 Min. de lectura

El sofá: tu trono de relajación, tu zona de siestas, tu cuartel general de maratones de series. Pero debajo de esos cojines hay un mundo de misterio, fósiles de snacks y posiblemente tu dignidad perdida. Limpiarlo no es solo mantenimiento—es una expedición completa.
Escena 1: El protocolo de excavación de cojines
Remueves los cojines como si abrieras una bóveda. Encuentras monedas, palomitas, un bolígrafo que juraste que te robó tu compañero de trabajo y una gomita que ha visto cosas. Consideras llamar a un museo.
“No limpio mi sofá. Hago excavaciones arqueológicas.”
Escena 2: La avalancha de migas
Aspiras la superficie. Las migas vuelan. Las persigues como si te debieran renta. Encuentras brillantina. No has usado brillantina en años. Empiezas a cuestionar la realidad.
“Mi sofá es 40% tela, 60% residuos de snacks.”
Escena 3: El enfrentamiento con la mancha misteriosa
Ves una mancha. No sabes qué es. No sabes cuándo apareció. No sabes si está viva. La rocías, la frotas y la llamas “Esteban”. Esteban eventualmente desaparece.
“Si no puedo identificarla, la llamo ‘arte abstracto’.”
Escena 4: La trampa de la manta
Levantas la manta decorativa. Debajo: migas, un calcetín rebelde y el control remoto que ha estado perdido desde la temporada 2. Celebras como si hubieras encontrado un tesoro enterrado.
“Mi manta no da calor. Esconde secretos.”
Escena 5: El esponjeo y huida
Esponjas los cojines. Te alejas. Se ve perfecto. Te sientas. Todo se mueve. Un Cheerio te pincha la pierna. Suspiras. Aceptas tu destino.
“Limpié el sofá. Durante cinco gloriosos minutos, fue majestuoso.”
REFLEXIÓN FINAL:
Limpiar el sofá es parte búsqueda del tesoro, parte autopsia de snacks y parte montaña rusa emocional. Pero cada pasada de aspiradora y cada cojín volteado te acercan a un trono digno de realeza—y tal vez a un control remoto que sí funcione.
Y cuando las migas regresen (porque siempre lo hacen), BIS Nin Texas está listo para sumergirse con guantes, coraje y un brillo que hasta tu sofá respetará.




Comentarios